Porque donde esté tu tesoro, allí estará
también tu corazón. Mateo 6:21
Eclesiastés 10:2
LBLA El corazón del sabio lo
guía hacia la derecha, y el corazón del necio, hacia la izquierda.
RV60: El corazón del sabio está a su mano
derecha, más el corazón del necio a su mano izquierda.
**Si tomamos los versículos de Mateo y
Eclesiastés, vemos que para ser sabios nuestro corazón debe estar (o guiarnos)
hacia la derecha. Entonces a la derecha estará nuestro tesoro.
Levítico 14:14 Entonces el sacerdote tomará de
la sangre de la ofrenda por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre
el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de
su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
**Para la purificación, el Sacerdote tomaba de
la Sangre y la ponía en tres lugares “derechos”; oreja derecha, pulgar derecho
y pulgar de pie derecho. A través del derramamiento de la sangre de Cristo es
que obtenemos salvación. Así mismo la sangre se untaba en tres lugares de la
“puerta” para que no entrara el destructor:
Pues el SEÑOR pasará para herir a los egipcios;
y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR
pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que
el ángel destructor entre en vuestras casas para herirlos Éxodo 12:23
**Así, por la sangre de Cristo, no entrara el
destructor ni en nuestra mente (oreja), ni en nuestras obras (mano), ni en
nuestro andar (pie).
Levítico 14:17 Y de lo que quede del aceite que
está en su mano, el sacerdote pondrá un poco sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se ha de purificar, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre
el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre de la ofrenda por la culpa;
**El aceite es figura del Espíritu Santo, para
tener Su Unción, primero debemos ser salvos (Sangre del Cordero), y luego debemos recibir el aceite a nuestra
derecha, nuevamente en la oreja derecha (mente), dedo de mano derecha (obras) y
dedo de pie derecho (andar).
**Pongamos nuestro corazón a la derecha, y
anhelemos el tesoro de estar ungidos y bautizados por el Espíritu Santo.
y se les aparecieron lenguas como de fuego que,
repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Hechos 2:3
**Hablar
en lenguas como señal del bautismo en el Espíritu Santo.
Apóstol
Sergio Enríquez.