a.
Tacto, Por mano de los apóstoles: Hechos 5:12 se realizaban muchas
señales y prodigios entre el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de
Salomón
El ministerio apostólico figura el sentido del tacto (mano), por la cual no pocas si
no muchas señales y prodigios son hechas. Llaman a la unidad del cuerpo y se
ubican en el pórtico de Salmon, ubicado
frente al altar (2Cronicas 8:12),
Jesús predico allí (Juan 10:23), y
pedro también lo hizo (Hechos 3:11)
b.
Vista, Por
Ojos de los profetas: Números 24:3 Entonces
tomo su parábola y dijo: Balaam hijo de Beor, y dijo el varón de ojos abiertos.
Balaam profeta caído pero con los ojos abiertos, el sentido
de la vista está relacionado con el
ministerio profético. Al ser los dones irrevocables, Balaam profetiza sobre
el mesías a pesar de estar caído (Números
24:4). Profetiza que el mesías saldrá de Egipto, esto se cumple cuando el
ángel envía a José a Egipto junto con María y Jesús para escapar de la
persecución de Herodes. (Mateo 2:13)
c.
Oído, Por Oídos de los evangelistas: Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios
Sin la Fe es imposible agradar a Dios, y la Fe es
regalo de Dios para que nadie se gloríe de su salvación. El ministerio evangelístico
lleva esa palabra que habilita el oír
para que podamos recibir la Fe.
d.
Olfato, Por la nariz de los pastores: 2Samuel
22:16 al 22 Entonces aparecieron los torrentes de las aguas y quedaron al
descubierto los cimientos del mundo, a la reprensión de Jehová, por el soplo
del aliento de su nariz.
En el contexto del versículo vemos un trato
pastoral en los versículos del 17 al 22
leemos lo siguiente: me tomo, me saco de las muchas aguas, me libro del
enemigo, Jehová fue mi apoyo, me saco a lugar espacioso, me ha recompensado
conforme a la limpieza de mis manos.
Todo esto inicia con el soplo de
su nariz.
e.
Gusto, Por lengua de los maestros: Salmo 45:11 Rebosa mi
corazón palabra buena, Dirijo al rey mi canto, mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
La lengua (gusto) del
maestro escribe en nuestros corazones la palabra buena.