1Corintios 3:16-17 ¿No sabéis que sois templo
de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el
templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois
vosotros, santo es.
Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro
único salvador y nuestro Dios, nos volvemos morada del Espíritu Santo.
Vemos en figura que cuando Jesucristo entra en
nosotros, entra a poner en orden nuestras vidas:
Juan 2:14 -17 y encontró en el templo a los que
vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y
haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los
bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a
los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi
Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito:
El celo de tu casa me consume.
Cuando Jesucristo llega, el libera bueyes,
ovejas y palomas:
a.
Bueyes, Ministros
1Corintios 9:9-10 Pues en la ley de Moisés está
escrito: No pondrás bozal al buey cuando trilla. ¿Acaso le preocupan a Dios los
bueyes? ¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí, se escribió por nosotros,
porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la
esperanza de recibir de la cosecha.
b.
Ovejas, Pueblo de Dios
Salmos 78:52 Mas a su pueblo lo sacó como a
ovejas, como a rebaño los condujo en el desierto
c.
Palomas, Amada
Cantares 6:9 Mas una es la paloma mía, la
perfecta mía; Es la única de su madre, La escogida de la que la dio a luz. La
vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada; Las reinas y las
concubinas, y la alabaron.
El Señor Jesucristo nos cela y quiere que del
templo salgan sus bueyes, sus ovejas y su Amada.